Luego de ver algunas fotografías de peceras plantadas (tanques, les llaman, o acuarios plantados) surgió el interés por explorar esta posibilidad, ya que estéticamente existe un mundo de diferencia entre una pequeña selva subacuática donde los peces parecen estar a gusto y con un ecosistema más balanceado, y la clásica tinaja yerma y estéril donde se tiene que estar refrescando constantemente la población de peces debido a las muertes.
Investigación
Lo primero, desde luego, fue documentarse un poco sobre los requerimientos de los peces y las plantas. Aún habiendo tenido peces en el pasado, el resultado de la experiencia no fue muy bueno; como de costumbre el animal más longevo resultó ser un plecostomo que sobrevivió apenas unos 3 o 4 años, aunque al momento de su deceso y por supuesto, era enorme y la pecera de 40 litros en donde sobrevivía le resultaba ya completamente inadecuado. Es obvio pues que algo se estaba haciendo mal y un poco de investigación debería permitir remediar eso.
Una vez habiéndose documentado sobre parámetros y química de agua, el ciclo del nitrógeno, (más info sobre el ciclo del nitrógeno) la necesidad de temperatura constante, tipos de peces y su factibilidad y compatibilidad para distintos tamaños de tanque y compañeros, se adquirió cierta confianza en la posibilidad de repetir el experimento de mantener peces con mayor éxito que en el pasado. Aunque en esta ocasión el principal interés es el mantener plantas, de modo que también se investigó sobre tipos y requerimientos de plantas, iluminación, substratos e inyección de CO2. Una vez habiendo investigado todo esto se revisó también la disponibilidad de plantas, animales y equipo en canales nacionales y se hizo un plan para la instalación de un tanque plantado.
Las referencias disponibles suelen citar tanques de alta tecnología que conllevan un gasto significativo: tanques con capacidades desde 200 hasta 600 litros, con filtros tipo seco-húmedo y mecanismos de sifón con bombas de agua de gran potencia o tipo canister en el peor de los casos, calentadores dobles, inyectores de CO2 de gas comprimido con reguladores dobles, lámparas fluorescentes de espectro amplio o de metal halide, substratos de laterita, medidores electrónicos y una serie de parafernalia bastante complicada. Sin el afán de invertir una fortuna en una empresa un poco incierta, se optó por buscar la parte baja del espectro. Se trataría de un tanque de 40 litros, donde los 3 principales elementos para el crecimiento de plantas se suministran de manera muy sencilla y casera: el substrato (que de cualquier manera no es muy complicado, así que en este caso sí se pudo seguir una receta tradicional), la iluminación (para lo que se optó por iluminación natural, que a find de cuentas es gratis) y la inyección de CO2 (para lo que se construyó un generador con levadura). De entrada se pensó en un presupuesto de 500 pesos para montar el experimento.
Equipo utilizado
Desde luego que un tanque exitoso debe llevar más elementos que sólo estos. El equipo consiste en lo siguiente:
- El tanque (pecera). Se utilizó una pecera de 40 litros que estaba arrumbada, con la medida estándar de 50 cm de ancho por 25 de fondo y 32 de altura.
- Tapa. Para evitar que los peces salgan y el gato entre, se buscaba que fuera transparente para permitir mejor entrada de luz. Primero se colocó un acrílico de 3 mm que resultó insuficiente y no tenía las medidas adecuadas. Finalmente se consiguió un vidrio cortado a la medida, de 24.5×49 cm y 10 mm de espesor, con los bordes pulidos y un cuadrito de 2 cm cortado en una esquina. Esto es para permitir el paso de mangueras y cables.
- Filtro. Ya que sólo requiere la entrada del cable de alimentación, se eligió un pequeño filtro interno, ViaAqua, que realiza filtrado mecánico y biológico a través de una esponja por la cual una cabeza de poder circula agua. Esto también proporciona la circulación necesaria para que no haya estancamientos localizados. El filtro no proporciona mucha agitación superficial lo que supone un problema para la oxigenación del agua, pero se supone que las plantas deben proveer el oxígeno necesario.
- Calentador. Inicialmente se prescindió del calentador, pero las fluctuaciones de temperatura fueron demasiado violentas (unos 4 grados al día, aún con la tapa que ayuda a la conservación térmica) y se optó por un Hagen Compact Pre-Set de 200 W. La capacidad está muy sobrada pero se adquirió con miras a reciclarlo en un tanque de mayor tamaño posteriormente; de cualquier modo un calentador de 50W tenía el mismo costo.
- Termómetro. Un termómetro digital Radio Shack proporciona lecturas muy precisas y cuenta con un sensor termorresistivo con un cable muy largo, de modo que entra perfectamente por el agujerillo en la tapa. Se confirmó que las lecturas son precisas comparando con las obtenidas por un multímetro digital WaveTek con termómetro (cuyo sensor es un termopar).
- Generador de CO2. Consta de una botella de plástico de 1.8 litros en cuya tapa se hizo una perforación por la que pasa un tubo de plástico sellado con silicón. El tubo va a otra botella menor (450 ml) en la cual entra casi hasta el fondo. De esta botella y cerca de su tapón hay otro tubo que va hacia el tanque y termina en una piedra difusora. La primera botella lleva la mezcla generadora de CO2, la segunda contiene agua hasta cubrir el tubo inferior pero no el superior; de esta forma cualquier bicho o liquido indeseable que pudiera venir de la primera botella se acumula en la segunda y no llega al tanque. Finalmente la piedra difusora se pone dentro de un bote transparente que irá dentro del tanque y en el que se corta una especia de túnel, cuya finalidad es atrapar el gas dentro del agua y permitir más tiempo para que se disuelva. Se puede ver un diagrama básico del generador de CO2 de doble botella Aquí.
A nivel básico este es el equipo, además se tiene:
- Kit de pruebas TetraTest Laborett. Se consideró importante tener la capacidad de medir los parámetros, para acostumbrarse a la química del tanque, ciclo del nitrógeno, comprobar que toda esa teoría sirve para algo y para asegurarse que el agua es adecuada.
- cubeta con manguera de sifón para cambios de agua.
Instalación y configuración
Para el montaje del tanque se realizó lo siguiente:
- Se instaló la pecera frente a una ventana donde recibe luz solar directa unas 6 horas al día. Esto fue una mala idea, pero de ello no nos dimos cuenta inmediatamente.
- Se coloca el substrato. En este caso consta de 2 kg. de arena fina (que se lava de acuerdo a prácticas estándar de acuarismo, básicamente pasándole agua hasta que ésta salga limpia). Encima de la arena van 2 kg de substrato fértil que se preparó con 1 kg. de tierra para violetas africanas, 1 kg. de vermiculita y un puñado de tierra de tezontle molido. Estos se mezclan con agua hasta lograr una consistencia lodosa. El lodo se distribuye uniformemente sobre la arena. Finalmente encima de esto se ponen 8 kg de grava fina (cada “piedrita” debe medir 1 a 2 mm; en mi caso están más cercanas a 1 mm y es una grava bastante fina). Sólo para asegurarse de que son adecuadas y no liberarán carbonatos, la arena y la grava se probaron con un baño de ácido muriático, si con este proceso no espuman o sueltan burbujas es que son adecuadas. En total el substrato tiene 9 cm de espesor; lo recomendable para plantas oscila entre 6 y 10 cm, para que tengan suficiente espacio para crecer y echar raíces.
- A continuación se llenó el tanque con aproximadamente 32 litros de agua tratada con tiosulfato de sodio (anticloro). De la llave, el agua tiene un pH de 7.5, dureza general de 8 y dureza de carbonatos de 8 (esto en grados alemanes).
- Se instalaron el filtro, el sensor del termómetro y el reactor de CO2.
- Una vez llena se colocaron las plantas tratando de cubrir la mayor superficie posible; un plantado denso es esencial para que las plantas aventajen a las posibles algas y no haya un crecimiento excesivo de estas últimas.
- Se tuvo todo el sistema operando durante un par de días para verificar el funcionamiento correcto y la (nula) estabilidad térmica.
- Se introdujeron un par de peces (Molly negros, visibles en la foto al inicio). La elección obedece a su resistencia, y también a su utilidad como consumidores de alga en la fase inicial de la instalación.
- Ya que la temperatura fluctuaba demasiado (de 23 grados por la noche a 28 durante el día) se reubicó la pecera a un sitio donde recibe luz intensa pero indirecta. Esto mejoró la situación de incremento de temperatura pero se corría el riesgo de que fuera demasiado baja ya que se perdía aprox. 1 grado diario.
- Se adquirió e instaló el calentador que mantiene la temperatura constante en 25.2 grados.
En este momento la pecera está ya en operación definitiva y sólo quedan tareas de mantenimiento cotidiano, si bien durante la fase de madurado del tanque hay que estar pendientes de ciertos parámetros.
Las plantas
Fue difícil encontrar algunas de las plantas por nombre; de las que se investigó, se consiguieron únicamente Elodeas (Anachris), Amazonas (Echinodorus), y Vallisnerias. Algunas de las otras se compraron como “surtidas”. En general las vallisnerias, elodeas y amazonas han tenido buena adaptación y crecimiento, junto con unas plantitas que originalmente tenían hojas rojas pero eventualmente las perdieron y desarrollaron muchas hojas verdes. Algunas plantas no identificables no lograron adaptarse y murieron, pero en general las que han logrado adaptarse pudieron llenar el vacío y, como se puede apreciar, en un par de semanas y a pesar de las plantas perdidas, el tanque se ha poblado con una fronda considerable.
Otras cosas
Los peces han tenido una buena adaptación y parecen estar cómodos, en ocasiones se los ve consumiendo algas adheridas a las plantas. Se les alimenta con comida en hojuelas aunque se procura no hacerlo en exceso para que conserven su apetito comedor de algas.
Se analizaron los parámetros del agua durante las 2 primeras semanas. La inyección de CO2 no provocó un cambio significativo en el pH; en su punto más alejado del promedio, llegó a un valor de 7.1, pero normalmente se mantiene en 7.5. Durante el día las plantas consumen el CO2 impidiendo que el pH se reduzca demasiado, y por la noche, ya que el generador de levadura se encuentra en el exterior, el descenso de temperatura reduce la velocidad de generación de tal modo que tampoco hay demasiada alteración en el pH.
Como era de esperarse el nivel de amoniaco se elevó hasta algo así como 1.6 mg/l y en el transcurso de 3 días se redujo a niveles indetectables; en este momento los nitritos alcanzaron una concentración de 3.5 mg/l pero al cabo de 2 días también eran ya indetectables, de esta forma se confirmó que las bacterias que consumen amoniaco y nitritos están ya establecidas en el filtro y únicamente debe cuidarse el nivel de nitratos y controlarlo con cambios de agua frecuentes.
Sobre todo en el lado de la pecera más cercano a la ventana se ha observado el crecimiento de algas verdes como pequeños puntitos adheridos al cristal y algunas plantas. Sobre esto deberá hacerse algo!
Las plantas consumen adecuadamente el CO2 y nutrientes, generando grandes cantidades de oxígeno, que puede incluso verse como burbujas adheridas a las hojas de las plantas.
El costo, desde luego, fue bastante superior al presupuesto originalmente planteado (unos $1,300), y dos elementos fueron particularmente costosos: el kit de pruebas ($340) y el calentador ($300). De cualquier manera el costo sigue siendo accesible y dado el éxito que ha tenido el experimento se considera que fue bastante razonable.