El maratón olímpico fue una prueba sumamente emocionante, con nuevo récord olímpico, muchos cambios en el liderazgo, y una emocionante pelea por la medalla de bronce. Triste y frustrantemente, de todo esto nos enteramos leyendo la página de la BBC; a pesar de tener dos canales televisivos en México supuestamente dedicados a cobertura de las olimpiadas, donde es el último evento en el atletismo y uno de los más importantes, en uno de estos canales estuvimos aguantando setenta repeticiones del triunfo de María Espinosa, y en el otro, un resumen de TODOS los eventos, excepto de aquél que se estaba transmitiendo EN VIVO.
En verdad la cobertura de la TV mexicana fue pésima, con horarios de transmisión absurdos, repeticiones de las derrotas de los mexicanos, aún a costa de transmisiones en vivo de eventos interesantes, y sobre todo el contenido de “análisis” y variedad al que nos someten las televisoras. Perdónenme, pero si estoy viendo su cobertura olímpica, no me interesa ver a sus cómicos haciendo el ridículo en China, ni a las supuestas mujeres “guapas” yendo de fiesta o aventarse en bungee, o al “chinito” haciendo chistes absurdos, y mucho menos a los deportistas del ayer ganando algunos dolaritos por no hacer nada en TV mexicana; Nadia Comaneci medio habla inglés, y la traductora que le pusieron, también: el resultado es una serie de balbuceos completamente insulsos y aburridos. Lo que queremos ver es “DEPORTES” y de eso, señores, tuvimos la verdad muy poco. Eventos tan espectaculares como bicicleta de montaña, muchos de atletismo, water polo, handball y otros, brillaron por su ausencia en las transmisiones.
Ya que tristemente lo único rescatable de México en las olimpiadas fueron las tres medallas obtenidas, y todo lo demás, incluída la cobertura televisiva, fue un desastre total, lo único que agradezco de que termine este ciclo olímpico es ya no tener que tolerar la ridiculez que es la TV nacional, y para la próxima nos aseguraremos de contratar el sistema de cable que mejores opciones de cobertura nos brinde; de esto, lo único que lamento es que seguiremos dando dinero a uno de los dos monopolios (¿duopolio?) de medios nacionales.