La motivación del proyecto que creó el primer Beowulf era el explorar la posibilidad de construir una plataforma de cómputo paralelo de alto rendimiento basándose en componentes comerciales comunes. Esto se hizo pensando en limitantes que existen en sistemas MPP comerciales. Estos sistemas, si bien en épocas recientes utilizan procesadores comercialmente disponibles, como el DEC Alpha, dependen en gran medida del bus de comunicaciones, que requiere microelectrónica especializada, y otros elementos que en ocasiones se construyen a propósito para cada equipo. Un equipo con construcción muy especializada tiene un tiempo de vida limitado. Esto afecta al personal que trabaja en el mantenimiento de dicho equipo, así como a los usuarios del mismo, implicando un alto costo cuando el equipo, ya obsoleto, es reemplazado por uno más reciente. La utilización de tecnología más común en la construcción de equipos de alto rendimiento busca obtener una plataforma más genérica, que requiera menos cambios en el modelo y técnicas de programación, permitiendo una mayor continuidad en los proyectos que utilicen esta plataforma.
Beowulf fue un gran éxito, y los clusters de este tipo pronto se popularizaron dentro de la NASA, y más allá, convirtiéndose en una técnica extremadamente popular para obtener cómputo de alto rendimiento a bajo costo.
Actualmente existen infinidad de Beowulfs en toda clase de ambientes, desde instituciones de investigación hasta universidades, dependencias gubernamentales y empresas. Más allá del hecho de que la tecnología Beowulf pone el cómputo de alto rendimiento al alcance de las masas, cabe mencionar que el Beowulf más rápido del mundo, construido por IBM para la compañía Shell, alcanza velocidades pico de 1.037 TFLOPS, lo cual la coloca entre las 15 computadoras más rápidas del mundo. Este sistema, conocido como Genesis Machine, cuenta con 1038 procesadores, 512 GB de memoria total y 74 TB de almacenamiento secundario.